Nuestro amor es profundamente humano y es hacia la Persona del Señor. Nuestro amor, que experimentamos y disfrutamos en nuestro espíritu regenerado con el Espíritu del Señor, es de la misma naturaleza maravillosa, misteriosa, extática e indescriptible. Nuestro amor emana de la misma Persona del Señor, de Sus características, Su dulzura, Su hermosura, Su carácter único y especial, Su “olor”. ¡Amamos al Señor, aleluya!
Nuestras obras están estrechamente relacionadas con el tipo de amor que conocemos. El primeramor produce la primeras obras (Ap 2:4-5). En Efesios 4:15-16 vemos a los miembros del Cuerpo de Cristo funcionando (obras de fe, no obras de la carne) apropiadamente. Estas causan el crecimiento del Cuerpo. Como el crecimiento sólo lo puede dar Dios, vemos que este funcionar es en amor, es decir, ocurre en la esfera divina, en la esfera de la experiencia de Dios, del amor de Dios, y como producto del mismo, es decir, “en amor”. Estas “primeras obras” no son algo visible para obtener reconocimiento y elogios, sino llevadas a cabo en secreto, como las coyunturas operan en secreto. Si el amor no es nuestra motivación nuestras obras no son las obras de amor. Cuando el amor de Dios está presente, toda obra edificará la iglesia, es decir habrá acoplamiento real, entrelazamiento, compenetración armoniosa y no habrá opiniones, disensiones ni divisiones. No podrán existir cruzadas personales; necesidades insanas de reconocimiento y prevalencia sobre otros; no encontraremos que nuestras palabras por sí mismas o las maneras específicas de hacer algo serán el centro para los santos, ni veremos a los santos esperar reconocimientos y posición de parte de los demás.
En este caso, el enemigo será vencido, con su poder sobre el sistema actual, sus patrañas astutas, de mentiras y confusión. Este amor, experimentado, expresado y modelado es nuestro testimonio. Nuestro testimonio es Cristo mismo expresado en nosotros. Cuando estamos llenos de Cristo, ligados en comunión apropiada a la Cabeza en todo, sin reservas, dobleces, tesoros ocultos, preferencias paralelas y gustos ajenos, somos la expresión de Cristo; nuestro corazón resplandecerá con el evangelio de la gloria de Dios (2Co 4:4, 6), sin velos ni cegado por el dios de este siglo, y los hombres verán esta luz, y seremos los candeleros hoy, aquellos que reflejan a Cristo como la luz de los hombres para que ellos vean y sean conducidos a la salvación y finalmente la plenitud de Cristo, cautivados por Dios completamente.¡Amén!
Ref:
– Estudio-vida de proverbios, Eclesiastés y Cantar de los cantares, mensaje 11;
– El Cantar de los cantares, capítulo 1;
– Estudio de cristalización de Cantar de los cantares, mensajes 1-2;
– La vida y la edificación como se presentan en Cantar de los Cantares, capítulos 2-3;
– Estudio-vida de Efesios, capítulos 8-10, 75.
Disponible online en Living Stream Ministry
amen Rafael! slds desde Argentina.
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