El Dios de Paz nos Santifica por Completo

Tesalonicenses 5:23 dice: «Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y vuestro espíritu y vuestra alma y vuestro cuerpo sean guardados perfectos e irreprensibles para la venida de nuestro Señor Jesucristo«.

El versículo comienza con la conjunción «Y», lo que indica que el texto previo (v.22) tiene un vínculo fluido con este versículo.
Es importante notar que es el Dios de paz el que nos santifica por completo y no la acción de abstenerse del mal en sí misma. Oremos estos versículos y permanezcamos abiertos, pues necesitamos experimentar al Dios de paz, contactar con Él en nuestro espíritu, en oración, pues solamente de este modo Dios nos dará Su luz para que podamos ver.

Sólo al experimentar a Dios verdadera y genuinamente, seremos capacitados en la práctica para abstenernos del mal, no de las cosas que externamente son reprobables, y que culturalmente podemos desaprobar, sino del mal en general: «la clase, la forma, la figura, la escena de lo malo», que es percibible, visible, experimentable, real y esencialmente malo.

Esta santificación nos trae la paz. Cuando tenemos paz con Él y con todas las personas (v.13), entonces somos objetos y participantes de esta santificación. Participamos del Dios de paz y lo experimentamos como paz, como resultado de la santificación.
Esto es maravilloso. Al ver esto podemos decir:

¡Oh, Señor, gracias porque no sólo eres nuestra santificación, sino nuestro paz! ¡Tú eres todo para nosotros, el que nos santifica, quien nos aparta del mal y nuestra paz con Dios y los hombres! ¡Oh, Dios, te amamos y te damos gracias por Tu obra completa! ¡Nos abrimos a Ti para que nos santifiques por completo! ¡Sólo Tú eres el Dios de paz que nos santifica! ¡Oh, Señor Jesús! ¡Completa Tu procedimiento en nosotros! ¡Continúa exteniédote en nosotros! Amén.

Disfrute de «La clave para experimentar a Cristo: Nuestro espíritu humano», por Witness Lee
y las notas correspondientes a los versículos citados en el Nuevo Testamento versión recobro en español
(Living Stream Ministry)

Fortalecidos en el Hombre Interior

Muchas veces nos encontramos en la esfera de nuestra alma rodeados de cosas que son buenas, como las doctrinas biblicas, apropiadas y honorables; nos hayamos meditando en ellas y tratando de llegar a conclusiones sin dudas positivas. No podemos decir que esto es malo, pero hemos de preguntarnos:

¿Estoy en mi espíritu, estoy contactando con mi Señor, estoy en la esfera donde experimentamos al Dios Triuno en Cristo como nuestra salvación, como el Espíritu quee mora en nosotros?

Como respuesta pudiéramos defender nuestra postura y desentendernos de la simple y directa realidad, sin embargo,

si somos transparentes y genuinos frente al Señor, con un corazón abierto a Él; si permanecemos en Su luz y estamos plenamente identificados con Él, habremos de admitir que, aunque en cosas positivas, estamos en realidad, a menudo, alejados de Él.

En Su luz veremos que, en medio de razonamientos doctrinales correctos, con buenas intenciones y aún en disquisiciones perfectamente escriturales, no estamos conectados con la fuente de vida abundante que está en nuestro espíritu.

No se trata de no estar en lo escritural, sino de tomar la Palabra como lo que es, Espíritu y vida (Jn 6:63); ejercitando por supuesto nuestro espíritu al tomarla, y no hacerlo mentalmente como al leer el periódico.
Generalmente somos fuertes en nuestros razonamientos, esquemas propios, conceptos personales, que son de acuerdo con nuestras inclinaciones naturales, trasfondo, cultura, posición y preferencias naturales y personales. Estas cosas son buenas, dignas y a menudo con base bíblica, sin embargo (perdón, pero hay un «sin embargo») en lo que se refiere a nuestro espíritu somos débiles. El pensamiento y la carga del apóstol es que seamos fortalecidos en nuestro espíritu (Ef 3:16)
Nuestro espíritu humano es la llave para experimentar la plenitud de Cristo. ¡Vayamos al Señor en nuestro espíritu! ¡Hemos de servir al Señor en nuestro espíritu! (Fil 3:3).

¡Señor, gracias porque estás en nuestro espíritu! ¡Oh, Señor Jesús, que permanezcamos en ti! ¡Continúa fortaleciéndonos en ti y no en nuestro hombre natural! ¡Señor, Te amamos! ¡Que te vivamos, que vivamos por Ti, que te sigamos en nuestro espíritu! ¡Que te sirvamos en nuestro espíritu! Amén.

Disfrute de «La clave para experimentar a Cristo: Nuestro espíritu humano» y las notas correspondientes a los versículos citados en el Nuevo Testamento versión recobro en español por witness Lee (Living Stream Ministry)

El Hombre es Tripartito ¡Vayamos a nuestro espíritu!

El hombre consta de tres partes distinguibles, según vemos en Tesalonicenses 5:23.

“Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y vuestro espíritu y vuestra alma y vuestro cuerpo sean guardados perfectos e irreprensibles para la venida de nuestro Señor Jesucristo”.

El cuerpo (Gn 2:7) interactúa con el mundo físico, el alma (Jer 38:16) con el mundo psicológico y el espíritu (Zac 12:1) con el mundo espiritual.
La diferencia o distinción entre el cuerpo y el alma o el espíritu es simple. Solo con una observacion haríamos esto, pero entre el alma y el espíritu no es tan simple. Muchos creen que alma y espíritu son lo mismo.
El espíritu y el alma pueden ser divididos según Hebreos 4:12, que dice:

“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir (dividir, separar, distinguir) el alma y el espíritu”.

Aqui vemos que la Palabra de Dios es capaz de separar el alma del espíritu. Cuando nos encontramos en nuestras preocupaciones, responsabilidades mundanas y planes propios, estamos en la esfera de nuestra alma, como los israelitas cuando se hallaban vangando en el desierto. Una vez que invocamos el nombre del Señor (en fe), es decir cuando clamamos a Él con la certeza de Su presencia y la fidelidad de Su respuesta inmediata y suficiente, que nos ha sido revelada, automáticamente somos introducidos en Él y entramos en nuestro espíritu humano, donde mora el Señor (1Co 6:17), quien es el Espíritu vivificante hoy (1Co 15:45) para nuestro disfrute, nuestra salvacion práctica y nuestra participación en (2P 1:4) y experiencia de Él.

¡Oh, Señor, gracias porque moras en nuestro espíritu! ¡Gracias porque te llamamos y estás disponible! ¡Eres nuestra salvación y nuestro salvador! ¡Haznos personas ejercitadas en ir a nuestro espíritu! ¡Queremos ser los de un espíritu fuerte para ser uno contigo en la edificaciónd el Cuerpo! Amén.

Disfrute de «La clave para experimentar a Cristo: Nuestro espíritu humano»
y las notas correspondientes a los versículos citados en el Nuevo Testamento versión recobro en español
por Witness Lee (Living Stream Ministry)