Un registro del hablar de Dios

Levítico es importante para conocer la voluntad de Dios

Si preguntamos a cualquier cristiano acerca del libro de Levítico, quizás algunos digan que no se les ha ocurrido leerlo nunca. Otros, es probable que digan que trata de asuntos de la religión judía. Puede que hasta otros afirmen que se trata de un libro lleno de ordenanzas y advertencias, sin embargo la tipología contenido en este libro es fundamental para la experiencia que los creyentes tenemos del Señor y nuestro servicio a Él.

Adoración y vivir del pueblo de Dios

La mayor parte de lo que se ha divulgado sobre este libro es superficial. En un sentido podríamos decir que es uno de esos libros descuidados de la Biblia. De hecho, Levítico es un libro vital para conocer la revelación de Dios respecto a nosotros, en nuestra experiencia del Señor y la revelación divina con respecto al plan de Dios y la manera en que colaboramos con Él, sirviéndole.

Aquí la revelación divina avanza aún más con respecto a Génesis y a Éxodo, los dos libros previos en el registro bíblico. Es un libro rico, fresco, elevado y extraordinario que nos presenta la adoración divina y el vivir que son propios del pueblo de Dios. Cualquier cristiano con algún crecimiento en el Señor sabe que adorar a Dios es importante. ¿Cómo puede un cristiano serlo y no adorar a Dios? ¿Qué cristiano serio no está interesado en la manera apropiada de hacerlo? Este el tercer libro de las Escrituras, aquí el Señor continúa Su revelación progresiva. En Éxodo 19:1, mientras el pueblo de Israel permaneció en el monte con Dios, fue adiestrado respecto a adorar a Dios y participar de Él, para que le disfrutaran con miras a llevar una vida santa, limpia y gozosa.

Entonces el libro de Levítico continúa mostrándonos que mediante el Tabernáculo, con las ofrendas y a través de los sacerdotes, los que somos redimidos por Dios podemos tener comunión con Él, podemos servirle apropiadamente para llevar una vida santa, siendo el pueblo santo, con el propósito de expresar a Dios. Esto lo tenemos en Levítico d manera muy clara. ¡Qué pérdida tendríamos sin Levítico! Además aquí tenemos un cuadro del servicio sacerdotal en el tabernáculo, el tabernáculo y su funcionamiento, todo lo cual apunta a Cristo. Hoy, Cristo es todo en la comunión, el servicio y la vida del pueblo de Dios, sus escogidos, redimidos y salvos de Dios, que participan de Dios, sirven a Dios, al ser llenos de Dios y expresan a Dios, no simbólicamente sino en realidad, para la edificación del Cuerpo de Cristo.

Toda la adoración que tenemos en Levítico es un tipo de nuestro servicio hoy, como creyentes e hijos de Dios, que somos los sacerdotes reales y santos, constituyendo el sacerdocio que edifica la Casa de Dios. Este gran cuadro sacerdotal y del tabernáculo que allí tenemos consiste en tener contacto con cuando lo disfrutamos a Cristo, con Dios mismo y los unos con los otros. Este Cristo es nuestra porción común, al cual debemos adorar en nuestro espíritu.

Adoramos a Dios en nuestro espíritu, según la propia voluntad de Dios revelada en Juan 4:24, donde dice:

«Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y con veracidad es necesario que adoren.»

Aquí «Espíritu» se refiere a la naturaleza del Dios Triuno completo. Él es Espíritu. Por ello dice que en espíritu -el espíritu humano regenerado- debemos adorarlo. Tenemos la necesidad de ejercitar nuestro espíritu para acceder a Dios, Quien es Espíritu, en adoración. Pablo adoraba en su espíritu (Ro 1:9). Este era su servicio: Servicio en adoración. Cuando disfrutamos a Dios, en Cristo, como el Espíritu, en nuestro espíritu, esto genera espontáneamente un vivir santo. Este vivir santo está tipificado en Levítico. ¡Qué gran libro!

El hablar de Dios

Tenemos un Dios que ha hablado. Un Dios maravilloso que habla. Al hablar se expresa a Sí mismo, se muestra, se comunica. Él es un Dios que no está oculto. Es un Dios accesible, un Dios conocido y conocible, porque ha hablado. El hablar de Dios es importante. Dios se revela en Su hablar. Muchos cristianos pueden decir que el libro de Hebreos es un libro sobre el hablar de Dios. Sí lo es. Hebreos comienza de una manera hermosa y muy específicamente enfática acerca del hablar de Dios:

«Dios, habiendo hablado parcial y diversamente en tiempos pasados a los padres en los profetas, al final de estos días nos ha hablado en el Hijo (He 1:1-2).»

Dios hoy nos habla en el Hijo. Aquí está muy claro no sólo que este hablar de Dios es real, presente y vigente, sino que es importante, que imparte Su revelación, muestra Su Persona, Su propósito, y es alimento para nosotros, en Él. Sin embargo, pocos conocen que el libro de Levítico comienza y termina de una manera que indica inequívocamente que el libro es una crónica del hablar de Dios. Veamos ambos versículos:

  • “Entonces Jehová llamó a Moisés, y le habló desde la Tienda de Reunión, diciendo:..” (Lev 1:1).»
  • “Estos son los mandamientos que ordenó Jehová a Moisés para los hijos de Israel en el monte Sinaí (Lev 27:34).»

Comienza el libro llamando y hablando a Moisés, y termina con los mandamientos que le comunicó a Moisés, como una orden. Es posible que pocos se hayan percatado de esto. Aquí el hablar de Dios no comienza en los cielos ni en el monte, sino en el Tabernáculo, la Tienda de reunión. Esto es crucial, porque Dios habla en Su Casa. Esto indica que Dios habla en Su iglesia, Su tabernáculo verdadero (1Co 3:16; 14:23-31). La iglesia es la Tienda de Reunión, no es un edificio físico. Cualquier relación tipológica entre el Tabernáculo y un sitio físico hoy no es apropiada, y nos hace perder el centro. La iglesia es el lugar único de encuentro de Dios con el hombre, el único lugar hoy donde Dios habla.

Este hablar de Levítico es maravilloso, completo, variado, muy profundo y elevado, porque establece todas las pautas del servicio sacerdotal para la satisfacción de Dios y de Su pueblo, para el cumplimiento de la meta de Dios.

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Ref:
  • Levítico, principalmente Lv 1:1-3, con los demás versículos señalados, y sus notas correspondientes, de la Biblia versión recobro, publicada por Living Stream Ministry