¡Alegrémonos, nuestro Dios es triuno!, el Padre, el Hijo y el Espíritu. El Padre es Dios; el Hijo es Dios y el Espíritu es Dios. El Padre es eterno; el Hijo es eterno y el Espíritu es eterno. Tenemos que aceptar todas estas realidades reveladas en la Palabra sobre la persona de Dios, para tenerlas como base firme de nuestra experiencia. Según las Escrituras:
1- El Padre, el Hijo y el Espíritu coexisten, significa, existen al mismo tiempo. Son distinguibles, pero no separables (Mt 3:16-17). Aquí podemos distinguir a los tres de la Deidad al mismo tiempo. No podemos separarlos ni tomarlos individualmente pero podemos definir a cada uno.
2- El Padre, el Hijo y el Espíritu son coinherentes, significa, moran uno en el otro, perteneciendo uno al otro, formando parte de lo mismo como un solo ser: a- El Hijo está en el Padre y el Padre está en el Hijo (Jn 14:10); b- el Padre está con el Hijo (Jn 8:29); c- el Hijo es engendrado del Espíritu y lleno del Espíritu Santo (Mt 1:18-20; Lc 4:1); d- el Hijo echa fuera demonios por el Espíritu de Dios (Mt 12:28) y e- la venida del espíritu Santo a nosotros después de la resurrección es la venida del Hijo mismo (son equivalentes en Jn 14:26).
Parece un galimatías o afirmaciones contradictorias, pero no, es lo que está revelado en la Palabra con respecto a lo que Dios es.
Cuando invocamos el nombre del Señor; cuando le hablamos a nuestro Dios, cuando acudimos a Él, hemos de ver que no estamos yendo a un tercio de Dios, sino a Dios. Siempre que oramos, dialogamos con el Dios Triuno inseparable y único; cuando Dios nos responde, es el Dios Triuno Quien responde. Cuando lo disfrutamos, estamos disfrutando al Dios completo porque no hay tal cosa como un tercio de Dios.
Cuando lo experimentamos como nuestro perdón de pecados, nuestra salvación en una circunstancia específica, nuestro consuelo o como la luz divina, es al Dios Triuno a quien experimentamos. Aún así, y lo que viene es crucial para permanecer en la sana ortodoxia, no podemos decir que fue el Padre el que fue a la cruz a morir o que fue el Espíritu quien caminó sobre esta tierra o estuvo en una barca en el mar de Galilea. Hemos de abrirnos al Señor para que nos dé revelación para ver que Dios es uno, inseparable, y es tres en cuanto a Su obra, Su economía.
¡Señor Jesús, gracias que Tú eres el Dios Triuno! ¡Te alabamos y te amamos! ¡Queremos experimentarte y conocerte aún más! ¡Gracias que moras en nuestro espíritu como el Espíritu vivificante, Quien es el Dios Triuno procesado, consumado y residente! ¡Gracias, Señor, por ser como eres! ¡Te recibimos, te aceptamos, nos abrimos a Ti y nos entregamos a Ti para Tu propósito! ¡Queremos ser uno contigo en la práctica! ¡Amén!
Disfrute del «Libro de lecciones, nivel 2: El Dios Triuno — El Dios Triuno y la persona y obra de Cristo» y los versículos indicados con sus notas correspondientes del Nuevo Testamento versión recobro (Living Stream Ministry)